PAISAJES RESIDUALES
“…Una
existencia humana individual debería ser como un río: al principio, pequeña,
estrechamente limitada por las márgenes, fluyendo apasionadamente sobre las
piedras y arrojándose por las cascadas. Lentamente el río va haciéndose más
ancho, las márgenes se apartan, las aguas corren más mansamente y, por último,
sin ningún sobresalto visible, se funden con el mar y pierden, sin dolor, su
ser individual…”
Bertrand Russell
(…)
Llegan incesantes, embistiendo una y otra vez, rompiendo contra las rocas que
tratan de sujetar la orilla que es arrastrada hacia lo profundo del turbulento
azul; estallan en esquirlas de horizontes distantes, que se confunden con las
espumas de corrientes amnióticas. Así
nació esa mañana, revelando cientos de fragmentos desperdigados a lo largo de
la playa, restos que sucumbieron al naufragio de la realidad, para quedar
varados en el presente. Cubriendo la costa con residuos en apariencia
insignificantes pero que preservan el misterio de un pacto ancestral. Son
aperturas por las cuales se puede ver los ciclos de las mareas y los conjuros
susurrados desde la distancia en gotas
de rocío.
Estaba
al comienzo de algo anterior al génesis de la arena, esto ordenó las huellas
por senderos indeterminados; el azar trazó las conexiones que configuraron las órbitas en las que gravitarían las preguntas, la contradicción permitió que las
cosas se rebelaran hallando de manera sorpresiva un rayo petrificado al interior de un hueso
que fue, en tiempos remotos, el instrumento para un vidente; presenció el
emerger del enigma de un esqueleto
encallado en el silencio. Ese día, las sombras se deslizaron suavemente sobre
el acantilado, jugueteando con la brisa a
tocar el infinito (…)
Fragmento extraído de la bitácora del proyecto
Paisajes
Residuales es un proyecto desarrollado durante la residencia en Artista por
Artista en la ciudad de la Habana, Cuba. Este espacio facilito aproximarme al
contexto que comprende el sector de la Puntilla; siendo este un enclave que permitió
dar continuidad a una serie de interrogantes, pulsiones e intereses que han
movilizado mi práctica artística durante estos últimos años. En este sector, el
río Almendares desemboca en el mar Caribe. De esta confluencia de potencias, se
concibe una variedad de actividades desarrolladas por los lugareños que
frecuentan este lugar. Allí, este espacio se convierte en un escenario para el
encuentro con lo trascendente que configura su universo mítico, arquetípico y
espiritual. Lo que hace de este sitio, un marco a través del cual se restablece
una relación con un entorno natural poblado de fuerzas que inciden de alguna
manera en la vida cotidiana. Así, las ofrendas y los objetos mágicos son
depositados en cualquier grieta de las roca que conforman esta playa, actuando
como un acceso a este entorno poblado por fuerzas invisibles. Los objetos
encontrados en este enclave son el punto de partida para generar desde lo
ficcional una serie de relaciones arbitraria con una voluntad poética, que
busca evidenciar la correlación entre naturaleza y cultura. Y como estas
cosmovisiones sobreviven a pesar de la afanosa idea de progreso y desarrollo
que han determinado nuestra relación con el entorno natural.